El grupo de jóvenes muralistas intervino cortinados con cuarenta figuras, discos y metáforas esenciales de la movida local.
En Argentina y en el resto del mundo la cuarentena aisló gente, vació calles y cerró locales. La fisonomía de los pueblos y las ciudades cambió para siempre: quizás ya no volvamos a ver y concebir el espacio público como lo veníamos haciendo. Incluso cuando el acantonamiento ya sea cosa del pasado y todo “vuelva a la normalidad” (o se imponga una nueva normalidad).
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